Armando Andrade: una casa de autor
Para Armando Andrade, cada espacio debe ser estimulante. Por eso antes de emprender el diseño de interiores de esta casa vivió en ella durante varios meses. ¿El objetivo? Entender cómo fluían las dinámicas desde adentro, hacer un interiorismo de autor.
Luan Sanchez Perez | Ilustración. Estefani Campana (@es.campana)
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El estatus, el prestigio y la movilidad social
Si pudieras dar algún acercamiento para entender qué es el estatus, ¿cómo lo definirías?
En realidad, el estatus es un concepto muy cercano a la clase si lo vemos de manera teórica. Usualmente, en las sociedades en general, una persona puede ser clasificada a partir de su clase o a partir de su estatus. Este tiene que ver con el valor de la posición que ocupa una persona en la sociedad. Por ejemplo, si una persona es policía, el estatus que tiene esa persona es un rol en la sociedad que es cuidar el orden, el cumplimiento de las leyes. Entonces, en una sociedad como la nuestra, un policía puede ser visto de buena manera o también puede ser visto como corrupto, depende del contexto. Si el contexto es más militarizado, tal vez sea visto como alguien peligroso, y en sociedades menos militarizadas, como alguien que te brinda seguridad y le tienes confianza; ese es el estatus. Este varía dentro de la sociedad en la que nos estamos moviendo o que estamos analizando.
El estatus básicamente es el valor que la sociedad le da a un rol, y este estatus puede ser alto, medio o bajo. Y luego está el prestigio, algo muy asociado con el estatus, pero que no es necesariamente igual.
¿Cuál es la diferencia?
El prestigio es qué tan bien haces tu trabajo dentro del rol que te ha tocado. Ya no hablamos de un policía en general, sino hablamos de un policía en particular en el cual ves los galardones o alguna señal que diga que ese policía en particular es un héroe, o que ha hecho algo muy bueno.
Leí que incrementar el nivel de estatus con el consumo de bienes de lujo facilitaría una suerte de movilidad social, ¿esto se puede verificar?
Los bienes de lujo pueden ser utilizados como mecanismos para mejorar el aspecto de la persona que los porta y, de este modo, mostrar las expectativas que tiene, indicar a lo que quiere llegar. La persona cree que puede irle muy bien y con ese objeto, le muestra a los demás qué tan seguro se siente de lo que vale. Eso funciona como movilidad social, en el sentido de que las personas que lo observan pueden leerlo y empezar a decir: “ohhh, esta persona puede comprar tal objeto y le está yendo bien”.
¿Qué opinas de estos ejercicios de pretensión de estatus?
Hay investigadores que dicen sí, es una pretensión vana, porque en realidad, ellos no pertenecen a ese espacio y están accediendo de manera falsa, engañando; y otros te van a decir que es una forma de democratizar y generar más movilidad social, porque las personas que están abajo pueden subir.
Yo lo veo más como una expectativa, estos mecanismos son llaves para acceder a cosas mejores que de otro modo no se lograrían.
¿Quiénes consumen objetos de lujo?
¿Cómo se forman esas aspiraciones de los objetos de lujo? ¿cómo uno sabe qué marca le abre puertas? ¿lo vio o lo escuchó en una conversación? ¿se sintió fuera y a través de la exclusión entendió que ser incluido partía por ese consumo?
Hay 3 grandes grupos dentro de esta multiplicidad de personas que consumen estos objetos:
1. Las personas que siempre han vivido rodeadas por estos objetos. Por costumbre, por tradición, porque sus padres le enseñaron y ellos reproducen lo que se les enseñó. Básicamente, es la más tradicional, la más usual.
Los otros dos grupos más pequeños van, un poco, fuera de la norma:
2. Las personas que aprendieron que a partir del trabajo o de la experiencia en el extranjero. En estos lugares, vieron que la imagen podía ser flexibilizada, cambiada, modificada. Que se puede mejorar algunas cosas, de una forma más lúdica, mostrar tu imagen a los demás (algo que no sucede en Lima) y cuando salieron a otro espacio se dieron cuenta que eso sí importaba y podían jugar con eso. Además, también están las reglas implícitas del trabajo en donde te piden que vistas de cierta manera o llegas a inferir cómo tienes de vestirte para señalar que mereces un ascenso.
3. La personas que se guían por los medios, las redes sociales, las revistas y el mismo mercado. El mercado les dice y les va contando cómo es que las marcas te “dan más prestigio” o qué marca es más prestigiosa y cómo puedes mejorarte a ti mismo (como profesional o como individuo). Yo creo que el propio mercado también llega a educarte de algún modo a través de la publicidad y redes sociales.
Estas tres formas pueden coexistir, se pueden complementar y hasta se pueden reforzar.
La dinámica de las apariencias
¿Qué rol juegan las apariencias?
En realidad, eso del “como te ven te tratan” es un hallazgo que yo obtuve de la propia tesis, porque muchas de las personas justificaban su consumo indicando que era algo que se repetía mucho en casa. Es una forma de justificar por qué las personas cuidan y se preocupan por su imagen, porque saben que mientras su imagen esté mejor cuidada es probable que los traten mejor o que tengan cierta ventaja sobre otros. Obviamente, ellos no necesariamente aceptan abiertamente que es algo que ellos les hacen a otras personas, pero sí saben que es algo que funciona en esta sociedad.
Hay que entender que es algo que no viene de ahora, es antiguo, he encontrado que viene de 1920 y —si voy hacia atrás— seguramente voy a encontrar más.
La apariencia construida a través de estos objetos de lujo es una suerte de armadura que protege de alguna posibilidad de que te discriminen o te maltraten, de que no te dejen entrar a algún lugar, porque es exclusivo, de que no te atiendan bien en algún restaurante o de que un banco no confíe en ti. Idealmente, sería mejor que te traten bien importando o no cómo te ves, pero esta dinámica es un tema estructural, ya es una forma de protegerte.
¿Alguna vez has sentido eso en lo personal, más allá de la investigación?
La verdad es que no tanto, porque no he estado en ese mundo. Son espacios muy particulares, hasta invisibles yo diría, que son poco identificables por personas que no los ven o no conocen las señales. Si hablamos de mi armadura creo que es mi intelecto lo que puedo decir, la palabra es lo que mejor me va. Eso sí, hubo momentos cuando me he tenido que presentar ante personas que me evaluaban y he podido sentirlo, pero muy sutilmente.
El lujo en Lima
¿Cómo se vive el lujo en Lima?
Yo creo que en realidad el lujo aquí en Lima es muy particular en comparación a otras sociedades. Es un lujo que está muy permeado de una palabra muy fuerte y dolorosa que es la discriminación. Me hubiese gustado descubrir un resultado diferente… porque al comparar con otras sociedades, en el sistema del lujo prevalece un poco más el hedonismo, el disfrute, el tema de elevar tu espíritu y volverte más sofisticado. No dudo que también existe lo otro, el tema de la pretensión tal vez y de querer mostrar tus expectativas, pero no es lo que prevalece.
En general las personas con las que yo hablé identificaron que esta ciudad es muy violenta y agresiva en temas de imagen.
¿Qué costos personales tiene el consumo y uso de bienes de lujo en Lima?
Por un lado, está el mérito propio al haber trabajado muchos años, lo que conlleva a una sensación de merecimiento; y por otro, el saber que son objetos costosos, lo que lleva al temor de que alguien te vea como superficial. Aparece una cuota de culpa.
Hay muchas tensiones en esto, de que está bien o mal, pero yo no creo que sea tan simple. Mi intención con mi investigación es abrir esa caja y entender mejor por qué lo hacen sin juzgarlos.